Fragmentos de una conversación con Silvia Rivera Cusicanqui

“Pienso que en Latinoamérica tenemos un problema con el pasado. Yo creo que el proyecto de más largo aliento es recuperar nuestro propio modelo civilizatorio que no es de izquierda, porque izquierda es un paradigma francés del siglo XVIII y nosotros tenemos nuestros propios paradigmas.

La revolución francesa no es nuestra revolución y por eso pienso que hablar de polaridad izquierda – derecha es una forma de colgarse de un pasado que no nos pertenece. Nos pertenecen nuestros propios horizontes revolucionarios. Y esa revolución para mí fue la revolución agrícola que generaron los incas y, antes claro, las sociedades pre incas.

Esa revolución que permitió domesticar la helada, domesticar las nevadas, hacer un trabajo de creación con formas extraordinarias de diversidad de papas, diversidad de alimentos. También convertir la desgracia de la helada en la bendición del chuño porque sin helada no hay chuño. Entonces esa creatividad, esa revolución agrícola es el paradigma que se debe seguir.

Los estados son pues un horizonte muy reciente. Las naciones son de hace poco, dos siglos. El paradigma indígena tiene milenios de vida. Entonces la capacidad de reacción, de organización en el Perú es muy valiosa, sobre todo en Puno, en los lugares donde han sido vulnerados de una forma más brutal. También en la Amazonía.

Es que el escenario regional está muy mal. Las empresas extractivas están haciendo de las suyas en Brasil con un presidente populista. Están haciendo de las suyas en el sur de Chile con un presidente supuestamente progresista. En México, otro presidente progresista entre comillas, que además es evangélico, y que está haciendo de las suyas para destruir no solamente a los zapatistas sino también a muchos otros movimientos, incluso urbanos, de pueblos indígenas.

Entonces yo pienso que tenemos que hacer un poco de historia, de memoria para poder reconocer que ha habido pérdida lingüística, que ha habido pérdida de conciencia. Tenemos toda una historia llena de mentiras que personajes como Hugo Blanco han tenido la lucidez, la sabiduría de poder revertir hacia una visión propia, pero que no deja de ser una visión plural, universal; y yo creo que es un llamado a no aspirar solamente a la toma del poder sino a la construcción de un poder desde abajo.”