Por Geo-grafías comunitarias

 

Buenos días, tardes, noches, según como esté su corazón.

Esto representa la historia que se teje, y es lo que vamos a representar.

Unos explotando la naturaleza, terminando con la vida de los seres humanos. Una guerra contra la humanidad. Genocidios. Un caos.

¿Qué es eso? Son los efectos del cambio climático y el capitalismo.

El capitalismo todo lo que lo toca lo convierte en mercancía, hasta a las personas. Lo destruyen la naturaleza.

Banqueros, empresarios, ejércitos, policías, los narcos.

No es un sistema de vida, sino que es un sistema de explotación.

Quienes no quieren ver será su responsabilidad.

Están viendo, ahistá las sillas de los ausentes y ausentas. No están las madres y los padres buscadoras, las desaparecidas y desaparecidos, las presas políticas y presos políticos, las asesinadas y asesinados. Los jòvenes y jóvenas asesinados. Las niñas y niños asesinados.

También no están nuestros tataratatarabuelos, los que lucharon hace más de 500 años. Pero también no están nuestras compañeras y compañeros caídos que ya lo cumplieron su deber.

Aquí estamos aquí hoy, no para recordar su caída de estos compañeros de hace 40 años, 30 años. Aquí estamos para que lo tengamos presente el deber a esos compañeros y a esas compañeras. Eso no hemos cumplido. No podemos decir que hoy hemos hecho mucho hasta que lleguemos tambien como a esos compañeros que estamos hablando de ellos y de ellas.

A ustedes los jóvenes es a los que más va a afectar. Deben ayudarnos.

Nuestros abuelos trabajaron en común. Es muy importante rescatar, porque solo así habrá vida. Ese es el libro común.

Tiempo es de despertar y prepararse en comunidad, desafiar en común al enemigo principal.

Tenemos que trabajar otra vez en común, en montón, porque de por sí todo es de la madre naturaleza. Si permitimos el individualismo va a haber más destrucción. Vivir en comunidad es compartir, es trabajar en común. El que trabaja pues va a cosechar.

Lo tenemos que hacerlo en la práctica. No sé cómo lo ven ustedes.

 

¿Eso que están diciendo en el teatro ya se está haciendo o apenas lo van a empezar?

Gracias a la vida, la gente sí está despertando.

Ya hay algunos pueblos que ya empezaron.

Mientras el gobierno responde con chingadazos, aquí la banda está en otras cosas. Chingo de jóvenes y jóvenas.

Son generaciones que ya crecieron mirando de frente, hablando. Se levantaron escuelas, se construyeron hospitales y clínicas de salud. Elegimos construir la vida.

La lucha de los zapatistas no es sólo para nosotros, es para todo el mundo, porque todos queremos vivir, tener una vida mejor.

Y en muchos otros lados hay mucha gente que comparte la misma idea de lucha.

Por eso unimos nuestro dolor y nuestra rabia. Hacemos nuestros los dolores de la tierra.

Soñamos que la tierra sea un manantial de vida.

Elegimos la rebeldía, es decir, la vida.

Tenemos allá otros hermanos en otra finca,

Si les parece hagan en sus Geografías y calendarios.

No decimos que todos se vengan a ser zapatistas, sino que cada quien se organice, que cada pueblo luche.

 

Allá en la región Cholulteca también estamos trabajando, aprendimos de nuestras abuelas y abuelos, y de ustedes.

Yo veo que la Lacandona es el corazón.

 

Ya lo vamos a ver cómo nos organizamos acá.

 

¿Cuántas veces más hay que mirar hacia el horizonte? Muchas veces más.

Unidxs, juntxs, en bola, seguiremos resistiendo. Llegaremos al horizonte de la justicia y libertad.

 

Estando aquí entre estás montañas, hasta como que por momentos se olvida uno del caos del mundo.

 

¿Ya había estado usted en territorio zapatista?

No, es la primera vez.

¿Y cómo se siente?

Con mucha emoción. Sí es cierto que otros mundos ya existen.

 

Bueno, compas, pues yo creo que esto es lo que cosechamos. La cosecha de estos 40, 30, 20, 10, 2, 1, 0…

 

Aquí estamos, aquí seguimos, y aquí seguiremos.

 

Entre todas las montañas de México y el mundo, hicieron una luz en el corazón de la humanidad.

Mira el cielo, está lleno de estrellas.

Brilla la luz de la autonomía zapatista…