Por Cabe

Columbia University es una de las universidades privadas que cuenta con un alto prestigio en los Estados Unidos y en el mundo académico mundial. La extracción social de sus estudiantes podría ubicar este centro de estudios como de clases altas y medias altas, un informe sostiene que de esas aulas han egresado 38 multimillonarios que aún se encuentran con vida y  una lista de premios Nobel, ganadores del Oscar, 29 jefes de Estado, entre ellos 3 presidentes del país de la bandera de las barras y las estrellas.

Pese a tremendo cartel, hoy los estudiantes de Columbia se han vuelto protagonistas de una movilización contra la sangrienta y genocida bestialidad sionista que ya ha asesinado a alrededor de cuarenta mil palestinos, destruyendo sus hogares, escuelas, mezquitas, hospitales, sin dejar piedra sobre piedra, y en la cifra de asesinados se cuenta casi el 40% de niños, ¡más de 17,000 niños y niñas!

Los estudiantes de Columbia, esta vez, como en 1968, cuando se ubicaron a la vanguardia de la solidaridad mundial contra los bombardeos que efectuaban las tropas yanquis en Vietnam, y también empatando con la lucha por los derechos civiles que derivó en el asesinato de los dos líderes más destacados del movimiento afroamericano, Martin Luther King y Malcolm X, han saltado a las primeras planas logrando que en más de 50 campus universitarios de más de 24 Estados de la llamada Unión Americana, los estudiantes expresen su rechazo a la ayuda militar de su gobierno en favor de la bestialidad  contra el pueblo palestino que hoy es dirigida por quien ya está siendo acusado de criminal de guerra, el sionista Benjamin Netanyahu.

Los estudiantes de Columbia, para hacer notoria su posición en favor de la vida de los palestinos optaron por acampar en los jardines del recinto universitario, hasta que la rectora de la universidad, Nemat Shafik, abrió las puertas para el ingreso de la policía y la guardia nacional, una extensión del ejército yanqui, para que disuelva a palos y con total brutalidad las acciones estudiantiles. Un hecho que ya se repite en todos los campus del país donde los estudiantes ejercen su protesta. Se informa que casi un millar de estudiantes ha sido detenido y apresado al mismo tiempo de haber sido suspendido de su condición. En el caso de estudiantes extranjeros, se amenaza con la deportación, algo que aterra especialmente a los estudiantes indocumentados, que sienten el temor de perder lo que consideran un incalculable privilegio, el poder estudiar en una universidad.

Cómo no podía ser de otra manera cuando se convoca a la Guardia Nacional? La represión no tiene límites. Es bueno destacar en este punto que  entre la represión policial y militar hay algunas diferencias: La policía investiga, arresta y lleva a la corte a los detenidos; las tropas militares reprimen sin más ni más sin importar las consecuencias. El actuar de estas tropas no tiene límites en su brutalidad, simplemente arremeten con todo y no sólo hay arrestos, sino que ya se cuentan por centenares los heridos y contusos.

Como en el 68, la movilización de los estudiantes de Columbia ya prendió en el mundo, se reporta que estudiantes de la Sorbona en París, han sido arrastrados por el piso para despejar el histórico campus, en tanto el gobierno de Macron se dispone a tomar severas medidas para impedir que el movimiento en favor del masacrado pueblo de Palestina, en la Franja de Gaza se extienda y provoque otro Mayo 68, que tanto pánico sembró al entonces gobierno de Charles de Gaulle.

Se pronostica que esta toma de consciencia, que ya está anclando en la mente de los estudiantes, no será detenida, sobre todo cuando los crímenes de las tropas sionistas comandadas por Netanyahu amenazan que con o sin acuerdo respecto a la liberación de rehenes que siguen en poder de Hamás, los bombardeos contra Rafa, el último reducto que alberga a cientos de miles de refugiados palestinos que sobreviven en condiciones infrahumanas, se impondrá, aumentado la cifra de muertos civiles, entre ellos los niños que siguen muriendo, ya no por los bombardeos, sino por desnutrición y falta de recursos médicos.

Las movilizaciones estudiantiles recién comienzan y pueden despertar la solidaridad de los trabajadores. Macrón y los líderes occidentales ya pueden entrar en pánico, un fantasma los amenaza.