Por María Elena Aguayo Hernández

El pasado 4 y 5 de noviembre del presente se llevó a cabo el encuentro en Defensa de la Medicina Tradicional convocado por los pueblos tepehuanos y wixárikas de San Lorenzo Azqueltán.

El encuentro fue un llamado a tejernos desde la mirada de resistencia de los pueblos originarios. La historia de los pueblos originarios es la misma que la de los tepehuanos y wirárikas;  asediados desde tiempos coloniales a la invasión y despojo de su Territorio, práctica que aún no ha cesado con los gobiernos que se crearon desde la independencia hasta los de hoy en día. El colonialismo subsiste pero ahora es interno.

Asediados y obligados a abandonar sus creencias, su cosmovisión, su lengua, su ciencia como es el caso de la Medicina Tradicional a través de programas, y hasta por la misma Secretaria de Salud, e

ntre otras.

La resistencia de los pueblos originarios les ha llevado a convocar para resistir. Resistir p

ara defe

nder lo que es de ellos. Sus plantas, sus minerales, sus rocas, su agua, su bosque, su conocimiento…, su VIDA. El derecho a Ser es lo que

ellos insistentemente han defendido; el precio ha sido alto pero es un Derecho y la Justicia tiene que actuar y reconocerlos como Pueblos Originarios Autónomos.

La política de los gobiernos liberales y neoliberales ha tendido a desconfigurar a los pueblos originarios para reconfigurarlos posteriormente a las necesidades y los intereses políticos, económicos y sociales que imperen en el momento, según el partido político y/o empresarial, caciquil y delincuencial.

Las consecuencias son claras: migración, pérdida de la identidad, dependencia, consumismo, alcoholismo, prostitución, pobreza, enfermedades, nula escolaridad, ignorancia… Mujeres, hombres y otrxs dóciles, obedientes y mano de obra barata.

En San Lorenzo Azqueltán, mujeres y hombres resisten y convocan. La Rebeldía es insumisión ante un proyecto de Muerte que los ha negado de diversas formas.

En el encuentro un compañero preguntaba ¿quién nos protege a  nosotros como pueblos originarios, el respeto al derecho a la Autonomía?

La respuesta fue un murmullo: “NOSOTROS”.  Cómo diciendo eso lo tenemos ¡bien claro! así fue desde que los abuelos lo relataban. Generación, tras generación.

Cuando los malos gobiernos prohíben, pues los pueblos originarios no obedecen y Resisten en Rebeldía. El encuentro en Defensa de la Medicina Tradicional fue un acto político insumiso  que busca tejer la VIDA.

“¿Cómo van a prohibir un saber que es nuestro?” decía Marychuy, la vocera del Congreso Nacional Indígena, durante el encuentro. “Defender un saber es el propósito. La vida no está aislada. Si la tierra está bien, si los animales están bien, si las plantas están bien, los seres humanos van a estar bien. Por ello hay que fortalecer y cuidar el conocimiento; defender la medicina tradicional”.

La violencia que ha infligido el sistema capitalista en la naturaleza, en los seres humanos; desde cientos de años atrás ha sido normalizada en la sociedad, no así en los pueblos originarios que en su quehacer cotidiano comprenden que son parte del entorno, parte de la Vida. Por ello cuidan, preservan y defienden a la Madre Tierra.

Las participaciones fueron muy ricas, pues hablan de la Vida, del qué hacer, ante la violencia que despliega el sistema capitalista y que es consecuencia entre otras de las enfermedades. El COVID es una de esas consecuencias, así fue desde la llegada de los europeos. Enfermedades no conocidas y que los pueblos originarios han hecho frente sabiamente pues su saber es Ciencia. Su Medicina Tradicional es Ciencia, enriquecida de generación en generación.

En los encuentros se cuela el patriarcado sistémico para ver qué saca. Quisiera pensar que en esta ocasión no fue así, pero ¿quizás…?

Siempre pasa y por eso voy a citar lo siguiente “¿si no me cuestiono la violencia en contra de la naturaleza, si no siento el dolor, es que estoy enferma (o)?” Y yo agregaría lo siguiente: si me presento con cara de buena onda, les ofrezco mis conocimientos, mi colaboración desinteresada, y aún más los contacto con un organismo para que desarrollen su medicina tradicional ¿qué tal, eh? Eso es desprecio, misoginia, machismo.

Así pasa el protagonismo, el individualismo, los reflectores  de personas que buscan su beneficio. Personas inconscientes enfermas. Pero ante todo el ofrecimiento desinteresado es un desprecio por el conocimiento ancestral de los pueblos originarios y su práctica digna y rebelde en defensa de la Vida.

La Medicina Tradicional es un derecho a la Vida, que se ejerce con Amor para cuidar el tejido social que es la comunidad. Para preservar la Vida-Territorio como pueblo tepehuano, como pueblo wirárika, como Pueblos Originarios.

Pero sigamos con el encuentro.

Uno de los participantes habló de la defensa del Río San Pedro Mezquitic, en Nayarit, ante la amenaza de construir una presa que también amenazaba inundar sus centros ceremoniales.

También en el encuentro hubo la oportunidad de hacer un recorrido para conocer las plantas medicinales que posee San Lorenzo Azqueltán.

La hierba del burro, el toloache, nopaleras, mezquites, belladona, …que los compañeros iban nombrando, también cómo lo preparaban y su uso.

Luego, ya de regreso siguieron las participaciones y denuncias de coómo los sucesivos gobiernos han permitido la destrucción de la Madre Tierra, para favorecer a las empresas, a los caciques y a la delincuencia. Tal es el caso del Río Santiago. Un río altamente contaminado que acarrea problemas de salud a las poblaciones cercanas a su recorrido. Como Juanacatlán.

El rap se escuchó también en el encuentro, pues la música es arte y el arte también es denuncia.

Sanadoras, terapeutas, hueseros, artistas… siguieron con sus valiosas intervenciones que hablan de cada una de sus realidades.

Así las, los, lxs asistentes de los pueblos, naciones, tribus, colectivos de los estados de Michoacán, Coahuila, Nayarit, Jalisco, Chiapas, Veracruz, Ciudad de México, Yucatán, Colima, compartieron su palabra, sus conocimientos, sus experiencias, su escucha para tejerse, para mirarse, para encontrarse y seguir defendiendo la Medicina Tradicional que es memoria de los pueblos originarios, que es un saber que no se vende, se practica, se enriquece y se defiende abajo y a la izquierda. Las generaciones jóvenes comprometidas, conscientes de los pueblos originarios son la continuidad de la memoria y la resistencia del Territorio y la cosmovisión de los pueblos originarios.

La Medicina Tradicional de los pueblos originarios es Amor por la Vida, Resistencia y Rebeldía ante el racismo, el desprecio y la ignorancia sistémica.

La guerra, la violencia generan ganancias para el sistema capitalista-machista-misógino-patriarcal; se adueña de recursos, territorios, y enferma a las personas provocando enfermedades con sus mercancías y/o contaminando suelos, agua, aire.

Defender la medicina tradicional, es defender la Vida, el Territorio y ello es posible en Comunidad con Autonomía. Una comunidad sana, consciente, amorosa, solidaria y ante todo respetuosa de la memoria de los ancestros, es la que puede seguir defendiendo la Vida-Territorio. Mujeres, hombres, otrexs de los pueblos originarios, de las ciudades tejiéndose, escuchándose, reflexionando, compartiendo, acordando para defender la Vida-Territorio abajo y a la izquierda, para parar la guerra en contra de la VIDA TODA.

Y como dicen los compañeros: “Azqueltán vive y la lucha sigue”. “Cultivando Vida y Esperanza”.

 

La Medicina Tradicional es un Derecho!

Vivan los pueblos dignos y rebeldes!

No a la guerra! ¡Sí a la Vida!

Alto a las agresiones en contra de las comunidades zapatistas!

Chiapas es México!

Alto a la guerra en contra del pueblo palestino!

No a las actividades económicas del sistema capitalista!

Ni perdón! Ni olvido!

Hasta que la Dignidad y la Justicia se hagan costumbre!