Por CABE
A un día del Aniversario de la toma de la Bastilla, que dio origen a la revolución francesa, Donald Trump, el candidato ultraderechista por el partido republicano, sufrió un atentado que hirió su oreja derecha, pero que pudo haberle costado la vida. De acuerdo a las informaciones, los disparos segaron las vidas de dos personas inocentes de las cuales se ha dado a saber la de Corey Comperatore, un bombero que puso a buen recaudo a su familia mientras recibía el disparo mortal.
Herido y con sangre en la cara, protegido por sus guardaespaldas, Trump alcanzó a levantar el puño derecho en señal de victoria, arrancando arengas de los asistentes al mitin que se estaba llevando a cabo en la que los participantes gritaban ¡U…S…A!… ¡U…S…A!, mientras el expresidente con sangre en la cara respondía ¡A Luchar!… ¡A luchar!
Convertido en superhéroe por sus fanáticos y ultraderechistas xenófobos y “protegido de Dios” por el extenso apoyo de las múltiples sectas religiosas multimillonarias, que arrastran asimismo a millones de electores, Trump ya se consagró, en la Convención Nacional, que se realiza en Milwaukee, como el candidato oficial del Partido Republicano, proclamando a su vez al senador por el Estado de Ohio, James David Vance, como su compañero de fórmula.
La convención nacional republicana ya aprobó un programa electoral de 20 puntos, con un lenguaje que no reserva sus intenciones apologéticas hacia su candidato, mencionando a Trump casi en todas sus páginas y tomando partes de los discursos elaborados por él. Entre esos puntos cabe destacar:
- Convertir al ejército norteamericano en el «más fuerte y poderoso del mundo», con grandes inversiones que reforzarán la industria armamentística nacional, al mismo tiempo que plantea evitar la III Guerra Mundial, restaurando la paz en Europa y el Oriente Medio, y, preventivamente, creará un gran escudo de defensa antimisiles para proteger el territorio estadounidense. Esta es una mala noticia especialmente para Ucrania, toda vez que Vance compañero de fórmula de Trump, se ha pronunciado indistintamente en contra de la financiación de los 90 mil millones de dólares de los que 61 mil millones ya se han destinado para Ucrania. No es secreto que la «fórmula de paz» de Trump, consiste en conceder a Rusia los territorios que ya tiene ocupados y enfocarse en China como «el enemigo principal», para lo cual endurecerían su política de guerra comercial y sanciones a todo nivel contra el gigante asiático que, contrario a los planes republicanos, cada vez menos depende de la tecnología de occidente.
- POLÍTICA EXTERIOR: RUSIA Y CHINA. El documento no menciona a Rusia, lo que abre la sospecha de la «amistad» entre Trump y Putin, y de una táctica para romper la alianza que se desarrolla en los BRICS. Para los republicanos, el enemigo principal es China, a la que seguirán imponiendo sanciones y profundizando la guerra comercial, cuyo objetivo es eliminar las importaciones que llegan a EE. UU. desde ese país, al mismo tiempo que se apoyaría (¿con subvenciones?) la industria nacional. Debe recordarse que el éxodo de las industrias estadounidenses, se realizó en el marco de la apertura pragmática de China, ofreciendo una mano de obra que por ser casi subvencionada, —por la cantidad de beneficios sociales que produjo la revolución— era muy barata. Pero hoy ya casi no es así, y en todo caso, aunque no se afirma explícitamente, pudiera abrirse una etapa de subvención a la mano de obra norteamericana, lo que pondría el énfasis en la verdadera mano de obra barata que existe en EE. UU. y que proviene de los inmigrantes, especialmente de los trabajadores indocumentados. Mientras, la retórica antichina va en aumento entre los republicanos, el susto invade a las comunidades, especialmente hispanas.
- ECONOMÍA. Trump es un acérrimo partidario del proteccionismo. Su propuesta de regresar todas las industrias que partieron en busca de mano de obra barata, está basada en ese proteccionismo y en la subvención a la mano de obra. Lo difícil de llevar a cabo esta propuesta reside en que la mano de obra barata, a la que se pretende desaparecer, está compuesta precisamente por los trabajadores inmigrantes. Casi 30 años de desindustrialización no sólo han vuelto obsoletas las viejas maquinarias de la industria yanqui, se debe tomar en cuenta que, de acuerdo a estudios del New York Times, la población económica activa de EE. UU., tiene un componente de más del 65% de trabajadores que se encuentran desempeñándose en oficios burocráticos tanto en los estados como a nivel federal y muy difícilmente van a dejar el cómodo escritorio para convertirse en trabajadores de factorías. Ésta es tal vez la causa de la benevolencia que ha tenido Biden con los inmigrantes. ¿Matará Trump a la gallina de los huevos de oro? ¿Podrá competir el caballo viejo y desgastado yanqui, contra el joven e indomable corcel chino? Aquí se cumple la ley del desarrollo desigual y combinado, formulada por Trotsky, que sirvió para explicar las razones de la revolución socialista rusa de 1917.
- SOCIEDAD Y POLÍTICA. «Volver a hacer nuevamente grande a América», es el lema que nuevamente despliega Trump, como en las elecciones de 2016. En este aspecto, Trump, enemigo de aumentar impuestos a sus amigos multimillonarios, pretende reforzar los sistemas de seguridad social, la salud, la jubilación, que tienen una parte importante en su programa. ¿Cómo lo piensa hacer sin el aumento de impuestos a los que más ganan, y sobre todo, aumentando el gasto militar? Lo que se viraliza en este punto es la opción homofóbica que significará la represión, a partir de las escuelas, contra todo tipo de diversidad de género que se combate en la supuesta «ideología de género», el machismo homofóbico se extenderá hasta en los deportes donde se prohibirá que transexuales ingresen a formar parte de los equipos femeninos. Sin duda, un nuevo mandato de Trump fortalecerá las organizaciones derechistas “Pro-Vida”, cuyos sectores radicales, ya han atentado en el pasado reciente contra clínicas, asesinando, incluso, a médicos que ejercían operaciones amparadas por la ley.
- DEPORTACIONES. La política xenofóbica de Trump, en este punto adquiere un verdadero dramatismo. Se debe recordar de que bajo su mandato anterior, fueron separados padres de hijos y estos últimos eran enrejados como si estuvieran en una perrera. La amenaza republicana es lograr «la mayor deportación de la historia de los Estados Unidos»… como para temblar. Aunque no figura en el documento, declaraciones del propio Trump se extienden a perseguir de manera inclemente incluso a las personas que ya obtuvieron su ciudadanía legal. Esto abre la posibilidad de persecución contra todo inmigrante que no sea «wasp» (blanco, anglo-sajón y protestante). Asimismo, se ejercerá una vigilancia policial en las universidades para deportar a quienes han participado y, aún participan, en las movilizaciones contra el genocidio de Israel contra el pueblo palestino. Serán considerados partidarios de Hamas y al ser acusados de terrorismo, los estudiantes tendrán un futuro en prisiones.
El descabellado, radical y ultraderechista programa de Trump, es toda una amenaza a la libertad y los derechos humanos. Lo bueno es que hay una creciente conciencia democrática que se levanta en las y desde las movilizaciones. Lo malo, es que los demócratas, de persistir con su candidatura Biden, que no puede ocultar su senilidad, no se diferencian mucho del programa que surge desde la radicalidad de la burguesía yanqui hoy con sangre en el ojo.