Las movilizaciones contra un contrato minero han sacudido la estructura social de lo que hoy se llama Panamá.
Más allá de la lucha contra el extractivismo existe un amplio relato que visto de cerca es una valiosa lección para la defensa de nuestros pueblos y territorios. Así nos lo ofrece aquí el maestro Jesús Alemancia, investigador social y educador popular.
El contexto de la lucha
Hay una forma en que el estado establece una relación con las corporaciones o con cualquier inversión internacional que se denomina contrato ley. En estos contratos ley el estado firma con una inversión y la manera en cómo funcione esa relación se expresa en el articulado de esos contratos ley.
Algo parecido a este contrato ley con First Quantum, son también las leyes especiales económicas,.
Resulta que aquí hay una zona que fue una base militar aérea de Estados Unidos, donde formaron una zona económica especial y cada una de las empresas que entran ahí establecen un tipo de relación con el estado.
Entonces, con estos conceptos de la globalización y toda la política neoliberal no se aplican normas nacionales en la zona porque es lo que llaman ese lenguaje económico de las ventajas comparativas.
Ahora resulta que esas ventajas en Latinoamérica, para que vengan los inversionistas, es negar derechos. Aquí no van a aplicar códigos de trabajo y van a flexibilizar las leyes ambientales.
Toda una serie de leyes que se supone existen para proteger a la población, a la naturaleza quedan condicionadas para poder atraer inversiones.
Eso a nivel centroamericano también tiene otro nombre, en Honduras se conoció en su momento como las ciudades modelos. Allí no aplican las leyes y hay toda una serie de prerrogativas para los inversionistas que lleguen.
Les cuento esto para que vean como se negoció este contrato ley con First Quantum, que es una empresa minera canadiense.
En realidad el primer contrato con First Quantum era ilegal. En el 2017 la misma corte había alegado que era inconstitucional por no haber cumplido toda una serie de procedimientos para el otorgamiento de la concesión. Pero resulta que aunque cualquier resolución tiene que seguir unos tiempos y requisitos para que se opere, ésta resolución nunca salió en la gaceta oficial.
Aún así, la mina siguió funcionando de manera ilegal creando una situación en donde cuando aparece el nuevo contrato comenzaron los debates diciendo cómo vamos a firmar un contrato nuevo con la minera si el anterior era ilegal. Algo está raro. Porque la minera pide 20 años más de extensión para seguir explotando los yacimientos de cobre, oro y molibdemo.
Entonces comenzamos a ver el contenido del nuevo contrato en sus tres elementos: económico, administrativo y ambiental.
En lo económico se daban muchas prerrogativas. First Quantum iba a tener una exoneración del pago de impuestos del 70 % por 10 años. Luego la exoneración se reduciría al 30%.
En la parte ambiental, el costo que tenía que pagar la corporación para hacer uso del agua en el procesamiento de los minerales era de unos centavos que al final resultaba en un pago anual cerca de apenas 2 millones de dólares.
En lo administrativo, para las inspecciones de las obras se disponía de apenas 6 personas, una cantidad insuficiente para poder ver todas las hectáreas que tiene la corporación. Por otra parte, los inspectores del ministerio del ambiente debían esperar unos permisos previos para realizar una observación directa en la zona. ¿Cómo era esto de que había que pedirle permiso a la corporación cuando existe el derecho de fiscalizar cuál es la situación de la naturaleza alrededor de la obra?
Así comenzamos a ver una serie de situaciones que nos preocuparon. Estaban por ejemplo los permisos aéreos que cortaban la soberanía nacional. Ningún vuelo podía pasar encima de la obra sin permiso de la corporación, argumentando que al tratarse de una mina a cielo abierto las explosiones podían elevarse a 3000 metros. Nos parecía increíble.
Pero eran, sobre todo, las prerrogativas económicas lo que nos hacían sentir que le estábamos regalando el yacimiento de cobre a First Quantum. ¿Cómo era eso de que la corporación le iba a pagar al estado de acuerdo a lo que había invertido según sus libros contables, y no siguiendo el reporte del mercado internacional del cobre? O sea, las ganancias quedaban exoneradas del pago de impuesto.
Veíamos que el contrato ley con la corporación First Quantum resultaba en una negación de los derechos del estado panameño sobre la inversión. Ese contenido provocó la explosión y comenzaron las movilizaciones advirtiendo que no se podía firmar el contrato.
Entonces el contrato ley fue retirado, lo pasaron nuevamente a la presidencia para mejorarlo y tras una revisión cosmética, se devolvió a la asamblea sin variar las partes esenciales.
Aunque todas las leyes tardan un tiempo para su aprobación, pues se requiere un primer debate en la comisión de comercio, un segundo debate en el pleno de la asamblea para discutir el contenido y un tercer debate para aprobar o rechazar la ley; en este caso todo ocurrió en 3 días. El 20 de octubre se aprueba, el presidente firma el contrato ley y en cuestión de horas ya estaba publicado en la gaceta oficial del estado.
Entonces se profundizaron las movilizaciones. Las plataformas de lucha lo habían advertido y creo que hubo un mal cálculo del poder.
Los momentos de la política minera en Panamá
Después de la invasión de Estados Unidos a Panamá se inicia un primer momento llamado del desembarco. En él, a medida que se concedían solicitudes de exploración especialmente a empresas canadienses, se inician movilizaciones locales en las comunidades que van a recibir las obras de la inversión. Esto ocurre en los 90 y llega hasta el año 2011 – 2012.
Las inversiones seguían llegando y se generaron una serie de experiencias de las corporaciones en el plano individual, esto que ellos llaman responsabilidad social empresarial y que cada minera aplicó a su modo en cada territorio. Podían generar parques, dar becas y otras acciones sin una política unificada.
A partir del 2000, a medida que van llegando las inversiones y dentro de lo que sería un segundo momento, se comienza a buscar una manera de actualizar el código viejo para tener una política nacional frente a la inversión minera y resulta que para finales del 2009 – 2010 ya se escuchaba que venía la reforma al código minero. Ese año hay varios incidentes contra el presidente Martinelli. En el occidente hubo un levantamiento popular, una huelga de los trabajadores de las bananeras y en la comarca Gnobe Bugle se inicia un proceso de lucha porque en su territorio está Cerro Colorado, el segundo yacimiento de cobre más grande del continente, que tenía años de estar allí y que fue parte de la negociación territorial que consiguieron en 1997 aproximadamente.
El 2011 – 2012 se detiene la reforma al código y la comarca Gnobe Bugle logra una norma interna aprobada por la asamblea que dice que es obligatorio para cualquier tipo de mega inversión en el territorio pasar por un referendum interno en las comunidades.
Ya en ese momento el estado alegaba que la reforma no tenía que ver con Cerro Colorado sino que era especialmente para la zona del conflicto de ahora con First Quantum.
Ocurre entonces una serie de procesos administrativos ilegales en la zona del conflicto actual. Hay malos manejos, no se paga a los trabajadores, dejan de pagar a la caja de seguridad social del país y, para no perder, la empresa Petaquilla Gold y otra más de la zona venden sus acciones y quien compra prácticamente toda la inversión previa es First Quantum que empieza a operar.
Un tercer momento inicia cuando el ministerio de industria le solicita al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que realice un estudio sobre cómo sería una política minera sostenible. Entonces el BID, a través de una empresa chilena elabora el denominado Documento para el diálogo. Para diálogo con las comunidades sobre cuál sería el impacto de la inversión minera y determinar el papel del estado y el papel de las corporaciones en la inversión.
Ese documento lo que hace es integrar una visión en la que las inversiones tienen responsabilidades locales como parte de la política minera. Junto a los municipios debían crear una serie de instituciones para compartir las ganancias de la mina. Así ocurrió que en la costa atlántica se creó un fondo especial con el municipio para la inversión local, en otros distritos se dio mayor articulación al programa de becas de la empresa siguiendo el documento que delineaba cuál debía ser la política social de la corporación en la zona.
Llamaba la atención que en la práctica era como trasladar la política social del estado a manos de la corporación en el entorno inmediato. Políticas para la infancia, para las mujeres, para los ancianos, crédito educativo. Toda una serie de elementos de política social para que los beneficios se sientan en la zona.
La ubicación del conflicto con First Quantum
La mina de First Quantum se ubica en el centro de Panamá del lado atlántico. Esa zona, ambientalmente, forma parte de una propuesta centroamericana conocida como el corredor biológico mesoamericano, que parte del sur de México y termina en la frontera entre Panamá y Colombia. Este corredor fue creado para la protección y conservación del bosque a nivel regional.
Esto también molestó mucho porque First Quantum es una mega empresa que, en su afán de controlar toda la cadena de producción, desde la exploración, explotación y procesamiento, inclusive generó la creación de un puerto llamado puerto Rincón.
Ese lugar no es considerado territorio indígena. Es una zona de cultura negra mezclada porque hay mucha migración de la provincia de Cuclé. Comunidades indígenas cristianizadas totalmente que tienen un rango de relación de campesinado y forman parte de la estructura administrativa normal.
El territorio indígena más cercano a esa zona del conflicto actual, legalmente reconocido por el estado, es el Gnobe Bugle que está antes de Bocas del Toro en el norte y en el sur antes de Chiriqui.
Más lejos todavía están los territorios del pueblo Naso en la frontera con Costa Rica y más al norte el pueblo Bibri que son apenas entre 3 y 5 mil personas. Al oriente está el territorio más antiguo, de Kuna Yala y en la frontera con Colombia está Emberá. Dos nuevos territorios reconocidos por el estado son las comarcas de Madungangui y Guargandi, ambos del pueblo kuna; y finalmente está uno más pequeño Takarkuyala.
Además de los territorios indígenas están las llamadas tierras colectivas que tienen menor rango que las comarcas. Porque devienen de la aplicación de ciertas normas del código agrario mediante las cuales el estado puede segregar territorios y entregárselos a los campesinos para la explotación agrícola. Ese fue el mismo criterio que se aplicó para las comunidades indígenas que quedaron fuera de los territorios reconocidos.
Es totalmente diferente en las leyes comarcales, donde se negocia con el estado aplicando las normas consuetudinarias aceptadas internamente; en las tierras colectivas su uso es como práctica cultural y la ley sólo reconoce los territorios siguiendo el articulado de la norma en las estructuras de poder, la forma de funcionamiento y demás.
La lucha que triunfó
A partir de la preocupación frente al contrato ley con First Quantum y la posibilidad que se generalizara ese tipo de relación entre el estado y las inversiones mineras en el resto de territorios, especialmente en Cerro Colorado en la comarca Gnobe Bugle, se puede explicar por qué aparecen varios actores y no como ocurrió en la lucha antiminera del 2011 – 2012, que fue prácticamente sólo Gnobe.
Aquella vez nació la Coordinadora Gnobe Bugle Campesina que era la instancia de lucha que coordinaba todos los tranques y que fue previa a los Bastiones de Lucha Autónomos que salen en el levantamiento de ahora.
Si vemos las edades, quienes forman parte de la dirección de hoy tenían entre 12 y 15 años en el levantamiento del 2012. Algunos sólo un poco más mayores que eso. Esos muchachos son los que prácticamente encabezaron la lucha actual.
Estos bastiones tenían cierta coordinación, pero la decisión de qué se hacía en cada localidad era decisión de los que estaban en cada comunidad. Como reflejo también al racismo dentro de la izquierda y de los movimientos sociales, de siempre pensar que las comunidades tienen que obedecer a la gente de afuera. Estaban muy preocupados diciendo a nosotros nadie nos va a mandar, nadie nos va a decir cómo vamos a resolver esto. Nosotros somos un movimiento indígena, somos el pueblo Gnobe y vamos a ver de qué manera nosotros nos representamos. No queremos que nadie hable en nombre nuestro.
De allí se originan los bastiones de lucha autónomos Gnobe. Con el tiempo surgen otras situaciones como es la vinculación de los partidos políticos que se introducen y van financiando las actividades. Los bastiones nacían con la gente que vivía cerca y que levantaba las barricadas. Cada lugar decidía si abrían el paso o no, o cómo funcionaba la logística para la gente que se quedaba durmiendo a lo largo de la carretera. Había toda una cuestión de familias que se turnaban para quedarse por turnos por la mañana, a mediodía y a las 6 de la tarde para cubrir la noche.
En medio del fragor de la lucha empiezan a tener criterios propios y una experiencia que los hace más conscientes de la necesidad de hablar y coordinar entre ellos, no puede ser que unos se levanten y otros se queden, unos negocian y otros no. Para diferenciarse de la lucha anterior, en lugar de la Coordinadora Gnoble Bugle y campesina, crean la Alianza Gnobe Bugle y campesina que es su plataforma unificada y que ahora funciona coordinadamente.
La participación de los Bastiones de Lucha tiene que ver mucho también con la consciencia que si el contrato ley se aprobaba se iba a transformar en un modelo, tal cual se señalaba en el documento del BID, una experiencia piloto que permitiera reproducirse en las futuras inversiones en sus territorios como son Cerro Colorado y Chorcha, y en todas las zonas del país. Era como abrirle las puertas a la minería. Ellos eran muy conscientes de eso.
Entonces vamos a decir que, sobre todo en el occidente y a un nivel localizado, los bastiones compusieron el pilar indígena de la resistencia frente al contrato.
Los indígenas migrantes
Hay un fenómeno interno de migración que explica por qué a gran distancia del territorio Gnoba Bugle hubo también tanta tranca indígena.
El pueblo Gnoba Bugle es la fuerza de trabajo agrícola del occidente. Ellos tienen la tasa de natalidad más alta entre las poblaciones indígenas del país. Están más allá de los 250 000 personas y hay una tradición entre ellos que es la migración.
Entonces resulta que el sindicato bananero en el Atlántico es básicamente Gnobe.
El sindicato agrícola de tierras altas, donde se produce las hortalizas, es básicamente Gnobe.
En los cañaverales de las empresas privadas en el centro del país, un alto porcentaje, el grueso de trabajadores es básicamente Gnobe Bugle.
En las piladoras de arroz y de hortalizas en el centro del país, hacia el pacifico, son básicamente Gnobe.
Ya acercándose hacia la capital, a máximo 1 hora 30 del casco urbano hay una zona de producción de piña en la rivera del canal. Eso es básicamente Gnobe.
Hacia el oriente, lo que llamamos Panamá este, en la zona metropolitana, una zona urbana que a medida que se aleja se vuelve rural-urbana, ahí hay fábricas de huevo de unos señores millonarios, también otras pequeñas; hay muchas fincas y la fuerza de trabajo de esa zona es básicamente Gnobe.
Y finalmente, si nos vamos hacia la frontera con Colombia, en toda la ganadería que hay en la ruta la fuerza de trabajo es Gnobe.
Entonces cuando se inicia la movilización hubo dos tranques fuera de territorio indígena.
Uno en Santiago, la tercera ciudad del país, donde hay un barrio periférico que recoge toda la migración Gnobe ya asentada en la ciudad. Esa población es la que mantuvo el cierre de la Panamericana en un puente que se llama 19 de junio. Jóvenes migrantes Gnobe que mantuvieron más de 30 días de enfrentamiento y de tranque.
El otro tranque hacia la ciudad de Panamá, se mantuvo durante todo este período con población joven Gnobe porque el que migra es joven.
Entonces lo que no pasaba el 2012 pasó ahora: la concentración de mano de obra indígena resistiendo y enfrentando a la policía más allá del territorio a lo largo de toda la Panamericana.
Es que también hay ciertos fenómenos sociales que son parte de todo esto. Allá en el occidente hacia el Atlántico, hacia la zona bananera, hay una pequeña ciudad llamada Changuinola que nació para administrar la finca de la compañía Chiquita.
Allí los que mantienen el idioma son los mayores. Los muchachos y muchachas, vía sistema educativo, han perdido mucho la lengua Gnobere. Sin embargo, no hay abandono identitario. Si les preguntas ellos te dicen yo soy Gnobe; no hablo gnobere, pero soy gnobe. Entonces hay una consciencia de pertenencia que les tiene ligados a las comunidades a pesar de que no hablan el idioma.
También está el fenómeno, muy particular, que al ser un país muy chico, la relación ciudad- comunidad es fácil de mantener. Siempre hay comunicación.
A su vez, ese fenómeno de mantener la relación con la comunidad a pesar de no hablar el idioma, ese fenómeno de sostener los lazos identitarios en la zonas urbanas lo que logra es generar cohesión.
Entonces, claro, como se mantiene la cohesión comunitaria, la forma de resolver algunas necesidades entre los migrantes responde a la estructura comunal.
Como son barrios mezclados, barrios pobres, resulta una cosa curiosa como la migración campesina o urbana pobre siempre está viendo la manera en que los migrantes indígenas resuelvan sus problemas. Mientras que los otros están pensando en la unidad doméstica de cómo hay que salir a la calle a ver como yo resuelvo solo, cómo logro una entrada solo, cómo le doy una comida a los niños, etc.; la migración indígena resuelve de manera colectiva. Cada decisión la comparten y ven la manera de actuar colectivamente.
Entonces se convierten en un referente de vida inmediata, en términos de resolver la situación social.
Luego hay un elemento que está ahí. Un fenómeno ya continental y muy curioso que es la iglesia evangélica.
El grueso de los muchachos y las personas que están participando, que se mantienen y son parte de las plataformas de lucha son evangélicos.
Ese elemento le da otra dinámica. Fortalecida por la estructura comunal que llevan en la cabeza y mezclada luego con esto de la religión, resulta que su forma de actuar es muy distinta a los otros. Tiene que ver mucho también el racismo y el prejuicio contra la migración indígena. Si hay algo que el racismo provoca en las comunidades es mayores niveles de cohesión. Frente al rechazo colectivo, al compartir por igual su vida de pobreza, de trabajador, la vida de discriminación a la que están sometidos logra una cohesión interna.
Sectores urbanos
Otro sector más espontáneo fueron las comunidades rurales y urbanas que desde la pandemia ya van dos veces que se movilizan.
En julio del 2022 hubo un levantamiento muy parecido al de ahora pero por otras razones. Comida, combustible, acceso a medicamentos. Había tal nivel de enojo y fastidio frente a los 34 años de política económica de la democracia neoliberal que la gente por cuenta propia comenzó a salir y trancar, provocando todos los líos en la panamericana y los caminos accesorios.
Otro sector importante es el movimiento magisterial que en julio del 2022 estuvo más concentrado en el campo a diferencia de la lucha actual cuando la dirigencia de la ciudad es la que comienza a participar de manera beligerante movilizándose, piqueteando y siendo reprimidos todos los días. Luego del 20 de octubre que se firma el contrato ley, ellos declaran la huelga indefinida paralizando todo el sistema educativo y convocando a otros gremios que se suman a la huelga.
Es el magisterio también que tiene tres muertos. Uno por la represión policial y los otros dos a quienes un estadounidense les disparó en la carretera.
El cuarto sector son los trabajadores de la construcción que componen uno de los sindicatos más fuerte del país con una plataforma de lucha propia. Cuando se dan cuenta que solos no pueden, entonces invitan al resto de las organizaciones a formar parte de algo que llaman Alianza del Pueblo por la Vida junto al magisterio y el Fenaeso que es este sector de la izquierda panameña.
En un principio no sabían cómo abordar a los bastiones de lucha autónoma. Había mucha contradicción por el discurso indígena de tener sus propios portavoces y decidir el ritmo de la lucha. La tensión venía de esa mentalidad de vanguardia que tiene la izquierda que no les permitía entender que no podían controlar la voluntad de lucha del pueblo Gnobe. Al ver la firmeza del levantamiento del occidente en medio de la lucha tuvieron que aceptar que eran parte de esto y había que respetar su decisión. Entonces entran los bastiones también a formar parte de la alianza del pueblo por la vida.
Esos son los cuatro pilares que le dieron piso a la lucha: Los bastiones de lucha indigena, los trabajadores, el magisterio y las comunidades que era el sector más espontáneo.
Luego apareció un 5to sector que nadie esperaba.
Había un debate interno de que una forma de impactar a la empresa podía ser cercarlos directamente porque estaba bien la movilización nacional y todo lo que estaba pasando, pero si queríamos tener un impacto teníamos que cercar la empresa.
Por lo que un sector del campesinado se movilizó para trancar la carretera que First Quantum había construido hacia su propio puerto, el puerto Rincón. El resultado fue que no había forma de que los insumos llegaran ni que la gente que estaban adentro saliera. Lo que les quedaba era el mar.
De pronto, un buen día nos enteramos que lanchas de pescadores de costa abajo, de Donoso, se estaban dirigiendo a Puerto Rincón para bloquear el tránsito de los barcos que traían insumos desde el mar e impidiendo que los barcos que ya estaban en el puerto salieran. Los lancheros hacían operaciones muy arriesgadas como girar alrededor de los barcos y luego hacer cadenas de lanchas alrededor del puerto.
Esto sólo terminó cuando la corte declaró ilegal el contrato. Los pescadores bajan sus acciones, pero se quedan vigilando el puerto, advirtiendo que cada vez que vieran un barco regresar volverían a salir.
Nadie pensaba que por mar se iba a bloquear a First Quantum. Ni la policía naval logró sacar a los pescadores del área.
Fue por cuenta propia. Allí se dio otra mezcla. Nuevamente los evangélicos, que antes de salir rezaban como hacen los evangélicos y también la diócesis católica, porque es una zona trabajada por la pastoral con campesinos y pescadores.
Pero además estaba todo el tema del agua. A pescadores y campesinos del área les preocupó el tema del agua. Más con lo que pasaba en el canal que de un tránsito de 36 barcos diarios disminuyeron a sólo 16 y se considera el desvío de uno de los ríos de la zona.
Entonces hay una conciencia en la zona de que si comenzaban a utilizar el agua para la minera no sólo iban a afectar las operaciones del canal sino también el agua para la producción agrícola y para nuestra actividad principal, la pesca.
Muchos de ellos están judicializados con demandas penales. Apenas terminó el debate en la corte, ya la presidencia tenía una estrategia contra toda la dirigencia que participó en la lucha. Ahora mismo hay una cantidad de dirigentes sindicales, magisteriales, indígenas y pescadores judicializados. Se les está exigiendo su presencia en los tribunales para abrirles expedientes penales.
Todo esto es lo que generó realmente con tanta fuerza el levantamiento de ahora.
Un último sector que vale la pena describir es el movimiento juvenil a nivel nacional pero con una fuerza increíble en la ciudad. A partir de las 4 de la tarde un aproximado de entre 20 y 50 mil muchachos y muchachas se convocaban por las redes sociales y comenzaban la movilización en el centro de la ciudad.
Arrancaron con los famosos escraches que aquí no se habían implementado antes. Resulta que cuando comenzó a saberse el nombre de los diputados que estaban detrás de aprobar el contrato ley, los muchachos se convocaban en dirección a la casa de los diputados.
Una cosa es que hagan lo que les da la gana en la asamblea, salgan impunes y se vayan tranquilos y otra que, de repente, tengan a 200 muchachos al frente de su casa haciendo el escándalo.
Llegó a tal nivel que luego se dieron cuenta dónde vive el presidente y comenzaron a ir hacia ese barrio de élite en el centro de la ciudad. Agarraron a la seguridad del presidente desprevenida y le hicieron un escrach frente al edificio donde vive.
Al día siguiente deciden hacer lo mismo, pero para cuando llegaron ya estaba la guardia presidencial esperándolos y los reprimen. Resulta que la movilización urbana que siempre es en el centro de la ciudad llegó esta vez a los barrios de élite en la zona pudiente donde están los bancos, los comercios y las zonas residenciales. Los que nunca habían saboreado la gaseada, ahora tuvieron que hacerlo.
Los enfrentamientos se dan por más de una semana todas las noches. En la mañana la movilización la encabezaban las plataformas de lucha y en la noche eran los jóvenes. Movilizaciones monstruosas, de mucha potencia que no se veían desde los ochenta, previas a la invasión de los Estados Unidos a Panamá. Incluso más grandes.
Había un antecedente en el intento de reforma de la constitución el 2019. Empezaban a las 4 de la tarde, cuando iban saliendo del trabajo. Ese fue un levantamiento juvenil contra la política económica porque la mayor tasa de desempleo está entre la población joven que se califica, se gradúa de la universidad y luego dicen qué hago, cinco años de mi vida para nada, para ser obrero de la construcción o vendedor en algún comercio.
A ellos les han quitado mucho y la raíz de su reacción era esa especie de no futuro. No hay esperanza de un futuro digno para ellos.
Me decía alguno durante las manifestaciones, “ya no creo en el amor, no porque no tenga sentimientos sino porque para qué me voy a enamorar; porque si le digo que sí, que vamos a hacer un futuro común, no hay posibilidad de casa, no hay posibilidad de trabajo, no hay posibilidad de nada. Para eso mejor le digo a la muchacha, oye, mira, estemos aquí hasta donde lleguemos y ya. No hay futuro para nosotros.”
Los partidos y las ONGs
Ese conjunto de inquietudes y emociones llevó a la juventud a participar. Aunque luego vimos que también estaban en juego las elecciones de mayo y parte de los denominados partidos independientes que estaban participando con sus cuadros metiendo la mano en la movilización, aprovechando la situación emocional de los muchachos.
Otro componente en ese sentido y con quienes tenemos una divergencia muy grande son las ONGs ambientalistas que están preocupadas por ser el referente tecnocrático de las políticas del estado. LigadAs a fundaciones o a patrocinios empresariales, hay gente que recibe mucho apoyo de la responsabilidad empresarial.
Una de ellas, por ejemplo, recibe patrocinio directo de Copa, la compañía de aviación, que por una cuestión de las normas ambientales tiene que pagar un porcentaje y se lo da a esta fundación.
Aquí hay intereses de ONGs que no les interesa el tema de la lucha sino más bien ser el referente en las futuras negociaciones con este discurso tecnocrático de nosotros sí entendemos la cosa; ustedes luchan, se movilizan, pero los que vamos a negociar somos nosotros.
Yo les comenté: Ustedes tienen que ubicarse en la lógica de las plataformas de lucha, porque quien puso los muertos, los heridos no fueron ustedes, fuimos nosotros.
Cuando la magistrada presidente lee la ley que cierra el contrato minero, ellos inmediatamente dicen nosotros vamos a crear la mesa nacional para el cierre de la mina.
Ya antes de que se leyera la inconstitucionalidad les decía a los compañeros, la gente va a saltar hacia el cielo por algo muy sencillo: un cierre son millones y millones de dólares y aquí va a haber un debate sobre capacidad e incapacidad técnica para participar en el cierre.
Y así fue. Están reclamando que como organizaciones ambientalistas, ellos sí entienden sobre los procedimientos de cierre de una mina. Cosa que es mentira porque este país no tiene capacidad para un cierre. La capacidad la tienen países que se han pasado toda la vida en esto: Sudáfrica, Australia, Canadá, Estados Unidos.
El verdadero tema está en cómo negociamos el cierre, que las plataformas de lucha construyan su propia mesa de vigilancia del cierre de la mina. ¿Que la capacidad no la tenemos? Pues la vamos a buscar. Nosotros no vamos a programar el cierre. Aquí hay cuestiones técnicas pero nosotros podemos hacerlo. Por eso proponemos un comité de vigilancia con delegados de los movimientos y que tengan apoyo técnico para vigilar el cierre.
Un cambio en el paradigma de desarrollo
El tema del contrato minero y la lucha contra la minería, de una forma u otra, han cambiado al país en la medida en que la población tomó consciencia de que la movilización tiene resultados.
No es entender la realidad solamente como una consciencia frente a las cuestiones que son agresivas contra el interés de la población, sino también ser conscientes de que hay una suma. Son 34 años de una política económica que ha negado todo. Cosas básicas. La gente no puede comprar medicamentos, es un lujo enfermarse. Toda la situación del desempleo. Ahora se está avisando que la seguridad social va a quebrar y que no va a poder seguir pagándose la pensión de los trabajadores ni las jubilaciones. Entonces todo eso ha alimentado la consciencia de que no se puede seguir y que hay que cambiar.
Estas movilizaciones hay que entenderlas a partir de eso, de una frustración social frente a la negación de derechos.
Aquí no hay progresismo viable. Tratar de buscar una salida por lo menos reformista no es viable. Este es un país sumamente conservador y la presencia de Estados Unidos nos afectó mucho. Tenemos unas herencia mentales gracias a los gringos.
Hay mucha participación electoral, pero con una partidocracia que tiene un código electoral hecho a su medida y que produce cosas como que un candidato que no gana puede ser diputado nacional. Aplican el criterio de que la cantidad de votos por partido les da derecho a una asignación por residuo. Ese candidato perdió pero el código le permite ser diputado y esos son los más extremistas.
Antes hacían lo que les daba la gana, pero estos dos últimos años hemos aprendido que si nos movilizamos, si nosotros provocamos las situaciones para enfrentar la negación de derechos podemos cambiar esto.
Este país cambió a raíz de la lucha minera, tomó consciencia de que existe la posibilidad de modificar las cosas. Lo que en Colombia se llamaba la locomotora minera aquí se llamaba el modelo de desarrollo minero, esa era la opción para nosotros y lo derrotamos. Ya no va a ser posible. Buscando cómo aplacaban los ánimos se aprobó la moratoria y se aprobó no dar más concesiones.
¿Que vamos a tener que seguir vigilando? Sí, pero ese modelo fue derrotado este mes y ya se dieron cuenta que deben olvidarse de tratar de impulsar la explotación minera porque ya no es viable para la población porque no lo quieren.
Entonces ¿qué vamos a proponer?
Que se abra el debate.
En los 90s la política turística fue la propuesta alternativa al canal para la recuperación de divisas. Pero vino la crisis global del 2008 y toda esa cantidad de pensionados, jubilados de Europa, de Canadá que vino a Panamá, que compró pisos, condominios se fueron porque esa posibilidad de tener un alto estándar de vida a partir de las jubilaciones que tenían en sus países se les acabó. Quedaron vendiendo todo.
Y entonces viene el debate, ¿Cuál es el país que queremos hacer?
Aquí el dilema es que no podemos seguir reproduciendo debates que crean los organismos financieros internacionales y las élites económicas del país.
Cuando vino la ruta de la seda, se creó la cámara de logística nacional vinculada al aeropuerto. Pero vino Biden y les dijo olvídense de esto, esto es China y ustedes están bajo el paraguas de los tratados del canal.
Entonces ¿Qué tipo de economía queremos y qué tipo de beneficios podemos lograr?
Con 4 millones de personas somos el país más rico de Centroamérica, vía el canal de Panamá, pero esa riqueza no la vemos. ¿QUé vamos a hacer como movimiento?
Como movimiento indígena hay algo que nos hace sentir orgullosos pero también desafiantes. Cuando se creó la ley comarcal del pueblo Bugle otras áreas quedaron segregadas porque había sectores empresariales y de la burguesía del país que condicionaron la negociación. ¿Cómo les vamos a entregar tanto territorio a los indígenas? alegaban.
La ley que crea la comarca bugle se diseñó de manera conveniente al poder porque señala que las decisiones y la administración del territorio pasa por 3 pilares: la estructura tradicional de poder indígena interno, el gobierno nacional y las autoridades electas o sea diputados, concejales. Es decir, si las autoridades tradicionales indígenas deciden algo tienen que ir al consejo comarcal, donde se reúnen estos 3 pilares, y tiene que disputar con las autoridades electas y con las autoridades administrativas del estado que comparten el mismo criterio. Entonces, sencillamente, se arrincona a las autoridades indígenas. No pueden tomar decisiones por cuenta propia.
Eso explica en parte por qué se crean las plataformas de lucha en el pueblo Bugle al margen del poder institucional. Entienden que si es por el poder institucional nada va a funcionar. Así que nosotros como comunidad y como plataformas de lucha hacemos nuestras cosas
Eso explica también la beligerancia de los bastiones. No se sienten reflejados en la estructura del poder territorial. En el caso de kuna yala la dirigencia no quiere reconocimiento legal de la ley territorial. Siempre se han negado, porque dicen, si nosotros pedimos una ley territorial van a hacer lo que ellos quieren con nuestros intereses. Para eso mejor funcionamos directamente, desde las estructuras comunales como siempre hemos funcionado; que el estado diga que es ilegal pero van a tener que negociar con nosotros a la fuerza. Así hay mayor grado de autonomía porque las comunidades decidieron que esa era la manera de tener mayor control. Eso es lo que ha logrado la lucha indígena.
Por otro lado hay un reconocimiento por parte de la sociedad nacional de la manera como funcionan las comunidades indígenas, que tienen más sentido de vida, entienden el valor de la naturaleza. Enseñaron que con la lucha, tal como ellas la encabezan, de manera colectiva y permanente se pueden lograr las cosas. Aunque subyace el racismo y la mentalidad colonial, se ha generado un respeto hacia las comunidades y a la lucha indígena como un elemento valioso.
Nos queda el desafío de reflexionar sobre el modelo de desarrollo de los pueblos indígenas.
Buen vivir en kuna yala tiene que ver con una palabra nek onas cue (la casa crece). Y resulta que cuando se comienza a explicar el término, tiene que ver con el bienestar.
La casa crece porque hay comida, la casa crece porque se participa del trabajo colectivo y hay beneficio, porque si pescamos en alta mar toda la pesca se reparte, la casa crece porque los niños se alimentan, la casa crece cada vez que los rituales se cumplen porque así repartimos lo que logramos.
Tiene que ver con beneficio, la casa crece porque hay más niños, más matrimonios, hay que dividir la casa para la familia que está creciendo. Eso es el beneficio para todos, la casa crece a nuestra manera.
¿Pero cuando hablamos del desarrollo indígena de qué estamos hablando?
Las cooperativas de producción agrícola serán desarrollo indígena. O cuando algunos sectores territoriales en el continente proponen asociarnos con las empresas. Ese es el discurso del movimiento indígena pro minero. Asociarnos, recibir parte de las regalías, de los beneficios y decidir cómo lo vamos a invertir aquí.
O con la política turística regional. Critican a las comunidades porque no saben hacer oferta turística. No saben presentar los espacios, la comida. Pero lo real es que por lo menos la plata no se va afuera, la plata se queda en la zona. ¿Puede provocar problemas el cambio de la situación económica? Si lo puede provocar. Para eso tenemos que debatir cómo controlar eso.
Nos toca el desafío de hablar sobre el bienestar interno de la población fuera de la crítica que hacen los empresarios acusando a los indígenas de no querer aprovechar las riquezas, de negarse y no entender qué es el desarrollo.
Siempre pienso en ese debate del tiempo colonial de si teníamos alma o no. Debates que no se llevaban aquí sino en España. Resulta que ahora el debate sobre el bienestar nuestro y el desarrollo que queremos no lo debatimos nosotros aquí, sino que viene un documento del BID, del banco mundial a decir no, no, no. Ustedes no entienden el tema, nosotros les podemos decir a ustedes cómo es el asunto, ustedes no entienden qué es el desarrollo.
¿Acaso nos han preguntado qué es lo que queremos internamente? Es que no entienden a las comunidades, el sentido de vida que hay. Yo creo que eso es un tema que nos toca presentar como una muestra de la capacidad intelectual nuestra como comunidad, como movimiento indígena. Nos toca hacerlo.