Por María Elena Aguayo Hernández

Estado-Nación, desde que naciste (una vez concluida la Independencia) tus promesas, se ha visto que son mentiras y engaños.

Los problemas de México surgieron cuando te impusiste, así como tu clase política que ha mutado a través del tiempo en diferentes partidos políticos pero que son lo mismo, es decir, son el problema.

El territorio llamado México fue habitado por pueblos originarios que creyeron en la clase política que encabezó la independencia y fueron traicionados. Los criollos y sus aliados, impusieron un estado-nación que ellos, como clase política, gobernarían,  decidiendo sobre el amplio territorio nacional. Y decidieron que los indígenas continuaran bajo el esquema del vasallaje y esclavismo que años atrás habían impuesto los españoles conquistadores. Así los pueblos originarios volvieron a ser sometidos a pesados trabajos; y despojados de su territorio para construir el país llamado México. Asimismo los obligó y los sigue obligando a renunciar desde ese entonces a su Ser, a negarse a si mismos. Es decir Ser de un pueblo originario para integrarse, fundirse en una sola raza (la mexicana) y un solo idioma (el español) Terrible política racista que ha costado la muerte de miles de mujeres y hombres de todas las edades. La violencia ha sido tan cruel que el etnocidio sigue hasta nuestros días. Ahora renovada con los megaproyectos: Proyecto Integral Morelos, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, el mal llamado Tren Maya, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles…  Y ¿por qué ese desprecio y saña tan maligna contra los pueblos originarios?

La forma sencilla y autónoma de vivir de los pueblos originarios no genera ganancias al capital; además los territorios en donde viven son ricos en suelos, agua y minerales codiciados por los capitales industriales y financieros.

Los pueblos originarios siguen aportando a todo el pueblo mexicano y al mundo conocimientos; cuidado de la tierra y el agua, formas saludables de producir alimentos; en medicina, la herbolaria y la partería no le piden nada a la medicina occidental; en arte, el muralismo, la música, la literatura, la poesía, cinematografía siguen aportando valiosas obras;…y más; pero lo más profundo y bello es su filosofía. Un pensamiento ancestral pero de continua renovación en el que se reflexiona el nexo entre la naturaleza, el cosmos y el ser humano; ahora con la gran catástrofe que ha ocasionado el capitalismo depredador. Es un  pensamiento vivo que nos enseña que la Vida no tiene dueño, que somos parte de la Madre Naturaleza y a ella regresaremos.

Los pueblos originarios desde tiempos atrás han sido hostigados, violentados, engañados, folclorizados. Reciben desde el poder desprecio, racismo y negación.

Y pese a todo este hostigamiento los pueblos siguen resistiendo, cuidando y preservando a la Madre Tierra. Defendiendo el territorio-agua.

Además, en Chiapas, desde 1994 las comunidades indígenas zapatistas han construido una forma de vida digna, a la que tod@s los seres humanos tenemos derecho.

Como dicen ellas y ellos los zapatistas, no ha sido fácil. Ha implicado mucho trabajo. Pero los resultados son reales y de ellos hablan tanto nacionales como extranjeros que han visitado los caracoles zapatistas.

30 años de trabajo; con todo a contracorriente; traición a los Acuerdo de San Andrés; violencia federal-estatal; violencia mediática; hostigamientos; guerra de baja intensidad; robos, asesinatos, encarcelamiento con delitos prefabricados, desplazamientos…pero ahí están los resultados. Otra forma de Vida es posible.

Con Autonomía sin estado-nación, sin partidos políticos. Con sus

Siete principios

  1. Obedecer y no mandar.
  2. Representar y no suplantar
  3. Bajar y no subir
  4. Servir y no servirse
  5. Convencer y no vencer
  6. Construir y no destruir
  7. Proponer y no imponer

Para hacer posibles las demandas, tan anheladas por el pueblo de México y que hasta la fecha  ningún gobierno ha cumplido. Y ellas, ellos en sus caracoles lo han hecho posible.

Demandas, como:

Tierra, Justicia, Educación, Libertad, Vivienda, Salud, Trabajo, Alimentación, Democracia, Cultura, Paz, Independencia, Información.

Ellas, ellos han demostrado con el paso del tiempo que es posible otra forma de vida.

Una Vida respetuosa con el entorno, con la Madre Tierra. Una vida que no genera ganancias al sistema capitalista.

Esa es la razón por la que la clase política y los dueños del dinero odian a los pueblos originarios y en especial a las comunidades zapatistas. Porque no generan ganancias al sistema.

Porque tod@s pueden Vivir una vida digna. Porque tod@s pueden Ser, sin avergonzarse de lo que se Es. Porque tod@s se sienten incluidos formando comunidad. Porque tod@s han ido poco a poco erradicando el patriarcado, la misoginia y el machismo. Pilares en los que se asienta el sistema capitalista. Porque a 30 años nos han demostrado que otro mundo es posible.

Estas enseñanzas también dejan claro que el estado-nación y su clase política son el problema; pues son los guardianes de los intereses de los capitales empresariales y financieros que provocan

la violencia, el despojo, la militarización, el narcotráfico, las desapariciones forzadas, los asesinatos, las cientos de fosas clandestinas, el hambre, el desempleo, los feminicidios…la muerte.

Por ello es necesario que nos organicemos, sin partidos políticos, sin líderes, abajo y a la izquierda; formando pequeñas autonomías sustentables para ayudarnos y brindar solidaridad.

Y ya se mira que en las colonias, en los barrios, en los centros laborales, la necesidad de organizarse abajo y a la izquierda va caminando. Cuesta trabajo por las mañas que implementa el estado,  comprando conciencias que fracturan los movimientos.

Así también con sus mediáticas campañas de repartir limosnas que la gente cree que son “ayudas”, cuando es obligación tanto de gobiernos federales, estatales y municipales emprender acciones sociales, pues el dinero que se utiliza para ellos es dinero público. No es dinero de ningún partido político, ni de ningún político y/o funcionario. Es dinero público que debe ser empleado para hacer posibles las demandas arriba mencionadas; y no para megaproyectos que beneficien a los empresarios y/o a algún funcionario o exfuncionario.

Entonces para mejorar nuestra vida debemos entender que nadie lo va a hacer si no lo hacemos nosotr@s mism@s.

Construir, resistir para la Vida. Otro mundo es posible.

Organizad@s, sin partidos políticos, sin líderes, abajo y a la izquierda; formando pequeñas autonomías sustentables para ayudarnos y brindar solidaridad.

 

Alto a la violencia en contra de las comunidades zapatistas

Respeto al territorio-agua de los pueblos originarios! No más violencia.

Agua para la Vida no para las empresas!

Defender la Vida es un Derecho!

Basta de fabricación de delitos en contra de quienes defienden el Territorio-Agua.

Desarticulación de la guardia nacional y grupos castrenses.

Ni perdón! Ni olvido!

Hasta que la dignidad y la justicia se hagan costumbre!

21 de agosto de 2024