Por: Pepe Mejía, desde Madrid
La ultraderecha campa por las calles, los medios de comunicación y hasta en los teatros. Se siente impune. El Gobierno del PSOE y SUMAR no hacen nada para frenar esta peligrosa espiral que está provocando violencias y cercenamiento de los derechos básicos. La población migrante está en el ojo de la ultraderecha, pero también personas LGTBI.
Un nazi, llamado Alberto Pugilato, agredió al cómico Jaime Caravaca en su monólogo. Así campa a sus anchas el fascismo en España. Este fascista ha convocado una manifestación nazi en la Feria del Libro de Madrid contra un periodista, Fonsi Loaiza el 14 y 15 de junio.
Para conocer el clima moral en el que nos estamos moviendo y ubicarse un poco: un nazi es un padre heroico por agredir a un humorista por un tuit. Los palestinos que defienden a sus hijos de un genocidio son terroristas. Valores de nuestra democracia colonial.
Otro ejemplo de sinsentido e inmoralidad. Se transfiere riqueza pública a especuladores extranjeros, se abandona a las personas migrantes que necesitan ayuda, se desarticula redes de solidaridad, se apoya al sionismo y se fomenta la turistificación e inaccesibilidad a la vivienda de la población local en una sola acción. La Junta de Andalucía vende un edificio sede de Málaga Acoge a un fondo israelí para hacer pisos turísticos. La ultraderecha, de la mano de la entidad sionista, expande sus tentáculos a costa de la personas migrantes.
En plena campaña electoral por las europeas, el dirigente ultraderechista de VOX, aliado de fujimoristas en Perú, Abascal, dijo: “Más muros y menos moros”. Y criminalizó a la población migrante.
No tuvo empacho el dirigente racista y homófobo, Abascal, de abrazar a Netanyahu, el carnicero de Rafah en palabras del diputado Gerardo Pisarello. Abascal -el heredero político de la España de Isabel la Católica, el inquisidor Torquemada y la persecución y expulsión de los judíos- fue a la entidad sionista a rendir pleitesía al responsable del genocidio de miles de palestinos y palestinas.
Mientras, miembros del Gobierno “progresista” saludan la iniciativa de los y las estudiantes de expandir las acampadas en solidaridad con Palestina. Pero el Gobierno, y la Junta de Rectores, no acceden a las demandas del estudiantado: romper relaciones con Israel, romper las relaciones con las universidades de la entidad sionista.
Millones de la UE a la industria israelí
La UE ha dado 126 millones de sus fondos de investigación a la industria israelí después del 7 de octubre.
Por el contrario. El Gobierno “progresista” envía a sus agentes armados a hostigar a los y las jóvenes acampadas en la universidad Complutense de Madrid. Las estudiantes denuncian que viven una militarización del campus. Sufren identificaciones sin estar haciendo ningún acto delictivo.
Como parte de este movimiento internacionalista, el estudiantado señala «la complicidad de nuestras universidades, el gobierno español y el conjunto de los partidos parlamentarios que lo sostienen con el genocidio que está teniendo lugar en Gaza» y apuntan a la necesidad de profundizar en los hechos concretos que materialicen el aislamiento económico, político y militar de Israel. Como apuntan las estudiantes «el estado español sigue aceptando la venta de armas a Israel y plegándose a los dictados asesinos de la OTAN».
Un nuevo barco acusado de llevar armas a Israel hará escala en Cartagena. El carguero ‘Verton Odette’, cargado de armas, se acerca al puerto murciano. Su nombre aparecía junto al ‘Borkum’ en una filtración como uno de los dos barcos que llevarían explosivos a Israel a través de España.
Por otro lado, parlamentarios holandeses han pedido que «Israel» rinda cuentas por espiar e intimidar a los abogados en la Corte Penal Internacional (CPI). Esto se produce después de una investigación publicada por The Guardian que reveló que «Israel» había utilizado los servicios de inteligencia para vigilar, piratear, presionar, difamar y amenazar a funcionarios de la CPI en un intento de descarrilar la investigación sobre el genocidio israelí en Gaza.
A la complicidad del Gobierno “progresista” con el genocidio en Gaza, el aumento e impunidad de la ultraderecha coincide con los diez años de abdicación del rey Juan Carlos I. La monarquía se ha convertido en símbolo de la derecha y ultraderecha. La monarquía como institución es sospechosa de corrupción e impunidad. El único mérito: hacerse rico sin trabajar. En una entrevista Fonsi Loaiza señala: «El rey Juan Carlos es el mayor comisionista y ladrón que había en España».
A ojos de la opinión pública el rey emérito es un delincuente que no ha rendido cuentas a la justicia y que vive huído en una lujosa mansión valorada en 11 millones de euros situada en la isla de Nurai en Abu Dabi.
El pasado sábado 1 de junio, Juan Carlos I y su nieto Froilán estuvieron presentes en el estadio de Wembley durante la final de la Champions League, el escenario en el que el Real Madrid ganó su decimoquinta Copa de Europa. Según el diario El Mundo, el emérito fue invitado a la tribuna de personalidades por el propio presidente del Real Madrid Florentino Pérez y viajó en un avión privado desde Abu Dabi con su nieto. El problema es la monarquía, no el rey.
Y ya que hablamos de corrupción y poder la prensa se ha hecho eco de que la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, del derechista PP, ha creado una ley a medida de Florentino Pérez ante la llegada de Mbappé. La ley Mbappé, como se le conoce, pretende reducir el IRPF autonómico hasta un 20% a los nuevos residentes en la Comunidad de Madrid que inviertan en activos financieros. Todo a la medida de capitalistas. Todo un chollo. Y todo se negocia y se acuerda en el palco del Real Madrid mientras el populacho mira los partidos de fútbol.
Todo está podrido dentro del régimen español instaurado en 1978, que proviene de un golpe fascista, de modo que las familias que entonces apoyaron a Franco siguen gobernando impunemente en este país. Familias que todavía hoy controlan el cotarro económico y político.