Por CABE
Una suerte de reto histórico está prendiendo en el Perú, como la chispa que puede hacer estallar un barril de pólvora. Las movilizaciones sociales que irrumpieron, especialmente en las regiones del Sur a partir del 7 de diciembre de 2022, tuvieron visos insurreccionales que no llegaron a cristalizar, porque no hubo una preparación anticipada y mucho menos una organización política preparada para orientar ese movimiento al objetivo histórico de poner fin radicalmente el sistema neoliberal y reemplazarlo por uno nuevo, legítimo y popular.
El historiador Manuel Burga, también exrector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, señala que las movilizaciones que se dieron a partir del 7 de diciembre de 2022 fueron estrictamente políticas, como nunca antes en la historia del país.
La cada vez más resuelta opción de un cambio, repensado en una democracia de veras, está alejando la idea de reponer al presidente Castillo en el Gobierno de la nación; sin embargo, la lucha por su libertad sigue estando latente. En síntesis, las movilizaciones actuales, si bien mantienen la furia contra el aparato estatal por haberles robado el voto, poco a poco, ante la pretendida indiferencia de las autoridades y el silencio cómplice de los medios que ocultan las movilizaciones y desinforman permanentemente, están logrando que el pueblo peruano vaya tentando la fórmula de un recambio definitivo.
Como no podía ser de otra manera, las movilizaciones populares van destacando a los dirigentes con experiencia e inteligencia, capaces de asumir el actual reto histórico.
Entre esos dirigentes tenemos a Jorge Antonio Mendoza Caruzo, a quien todos conocen familiarmente como Coco. Precisamente está ante el Jurado Nacional de Elecciones, haciendo trámites para que sea escuchada la voluntad popular para derogar por inconstitucional el DS 1620 promulgado por la usurpadora, Dina asesina Boluarte, para privatizar el agua y sus fuentes.
Mendoza, nacido en el Cusco en el año 1960, tiene una larga trayectoria de lucha social, de activista político desde la adolescencia. Ha estado vinculado a la Unidad de Izquierda, a la UDP y al PUM (Partido Unificado Mariateguista). Cuando aún cursaba la Secundaria participó en el glorioso Paro Nacional del 19 de Julio de 1977, definiendo su destino al lado de las luchas del pueblo. Así fue durante el segundo Gobierno de Belaúnde, de Alan García, luego contra Fujimori hasta que el nuevo siglo lo encontró aún más decidido en el juramento revolucionario. De las del siglo pasado, Mendoza recuerda tres experiencias de luchas comunales: en Carabayllo, Comas e Independencia.
“Sobre la base de esas tres experiencias en que se desarrolló la actividad vecinal en Lima, pero centralizadamente, hubo algunas otras experiencias más pequeñas a niveles distritales que luego trascendieron a nivel nacional. Esta actividad marcó a un grupo de ciudadanos con los que formamos el Frente Unitario de los Pueblos del Perú, una institución iniciada en el año 1998, que hasta hoy existe y nos da la identidad con la que conformamos el CONALREP (Convención Nacional de las Regiones del Perú), además del Frente de Defensa del Agua y la Vida, que han sido responsables de movilizaciones muy importantes que poco a poco han ido dando un vuelco a la lucha social en Perú” nos relata el compañero Coco.
Es en reconocimiento a su trayectoria que La Coordinadora de Lucha de los Transportistas incorporó a Mendoza Caruzo en el Comité Organizador, y desde allí tiene su lugar en el protagonismo de la lucha social que hoy han asumido los transportistas.
— Llegamos a este siglo, acaba la dictadura de Fujimori, aparece un periodo de supuesta transición con Paniagua, que dejó intocada la estructura y superestructura representada por la Constitución del 92, montada por la dupla narcomafiosa Fujimori-Montesinos. Luego llega Toledo, quien ofreció construir el “segundo piso del fujimorismo”, con su persistencia en la corrupción, la que lo tiene ahora condenado a más de 20 años de prisión. Casi lo mismo que le espera a Humala. También era el destino de Alan García y por eso se suicidó. Esto ha mantenido despiertas, aunque con intervalos, las luchas populares, que hoy se focalizan en las regiones del sur. ¿Qué opinas al respecto?
Hay que reconocer en la sociedad peruana y en el pueblo peruano en general, su composición básicamente provinciana, especialmente hoy ubicada en Lima, como producto de altas expectativas que motivaron la migración hacia la ciudad, con la idea de que iban a cambiar las condiciones de vida; y ante una realidad en la que se aprecian gobernantes como los señalados, el desencanto y la frustración populares sólo podían ir en aumento. El pueblo ha sido sabio al distinguir que es el modelo generado por la Constitución fujimorista, el que frustra aún más sus esperanzas. Todos los Gobiernos pasaron sosteniendo el modelo, el sistema capitalista neoliberal, ese que es el mayor problema latente hasta el día de hoy.
— ¿Cómo se explican las movilizaciones hoy?
Este siglo también tiene sus hitos históricos. En los 90’s se desarrolló el movimiento de los migrantes del campo a la ciudad, producto de la violencia que se vivía en el interior del país y en consecuencia, a raíz de los miles de desplazados, se forma el movimiento de Los Sin Techo, con quienes necesitaban un lugar donde vivir. Comenzaron poblando las partes altas de Lima, de norte a sur, llenando vacíos imposibles en San Juan de Lurigancho, Carabayllo, Comas, Independencia, a la par que en Villa El Salvador.
En ese proceso logramos impulsar la lucha por mejores condiciones de vida, creando varios movimientos de articulación vecinal. Pero lamentablemente, por la división de la izquierda, en Lima se forman tres movimientos vecinales, uno fue la Federación de Pueblos Jóvenes del Perú (FEDEJUP) relacionada con Patria Roja, entonces UNIR, la famosa FEMAHUP, con Teresa Otiniano y vinculada al PCR. Finalmente, por la actividad y la afinidad política con el PUM, desarrollamos la Central Metropolitana de Organizaciones Vecinales (CEMOV) que hoy, conforme se toma conciencia de la necesidad de manifestarse, representan la base del activismo político. Además, su primer destape fue en la Marcha de los 4 Suyos, que llenó el Paseo de la República con casi cien mil personas.
— ¿Cómo está ese movimiento hoy?
Su manifestación política ha sido el voto y la lucha por la proclamación de Pedro Castillo como presidente del Perú. Una verdadera toma de consciencia y articulación con sus raíces, pues sentían la presión que les llegaba desde las regiones. Fue importante la solidaridad que ejercieron durante la llegada a Lima de las delegaciones para exigir la proclamación, la solidaridad fue inmediata, facilitando refugios, ollas comunes, incluso música. Aunque tuvo sus limitaciones por el terrorismo ideológico desatado por los medios que terruqueaban a los manifestantes; así como por la brutalidad policial, que era una amenaza permanente pues los muertos en las regiones del Sur eran un referente macabro.
Hay un elemento que yo siempre resalto, en el Sur del país, principalmente en las regiones donde están asentadas las culturas con nacionalidades aymaras como Puno, Moquegua, Tacna y parte de Arequipa, lugares donde estas nacionalidades aymaras han logrado posicionarse en el campo económico y hasta social, mostrando un gran emprendimiento, pese al desencuentro histórico entre aymaras y quechuas, la candidatura de Pedro Castillo fue logrando una unidad multiétnica, él fue el elegido para ser votado. Esta condición no se produjo ni con el Gobierno de Velasco.
El Perú profundo, una frase que era una entelequia, se hizo de carne y hueso y se derrotó a la derecha. Por fin, luego de 200 años de República hubo la ensoñación de que éramos libres e independientes. Yo he tenido la oportunidad de estar en Puno apreciando cómo entre hermanos de etnias diferentes se cogían del brazo dejando de lado contradicciones de años, de siglos, tras la propuesta encarnada en Pedro Castillo: “No más pobres en un país rico”. Un acontecimiento realmente histórico.
— Curioso, ¿no? Pues estas regiones de quechuas y aymaras se posicionaron tras un hombre del Norte andino. Recuerdo que Hugo Blanco narró cómo la insurrección que encabezó a comienzos de los 60’s, de pronto empezó a recibir delegaciones provenientes de Cajamarca, buscando al “señor Sindicato que dicen que está dando tierras”.
En efecto, la aparición de la lucha por una verdadera democracia ha unido al Norte, al Centro y al Sur.
— Creó las condiciones para el levantamiento del 7 de diciembre de 2022…
Para comenzar, se hizo sonar el estribillo “esta democracia, ya no es democracia…”, producto de la musicalidad ancestral de nuestros pueblos de las regiones del Sur, acostumbrados al trabajo rudo y a las luchas sonando cánticos. Se convirtió en un himno a nivel nacional, que junto a consignas reivindicativas forman la conciencia de crear una verdadera democracia. De allí la necesidad de seguir articulando al pueblo para rechazar esta dictadura congresal, que, además, en lo fundamental, representa las mafias en el Perú, provenientes del narcotráfico, de la multimillonaria minería informal, del empresariado corrupto, como Roque Benavides, Dionisio Romero, Rodríguez Pastor, etcétera. Criminalmente peligrosos contra quien o quienes osen enfrentarlos, ellos son los dueños del Estado.
— Los congresistas se protegen…
Así es, pues se han dado leyes para otorgarse impunidad y eso ha alentado al crimen callejero, han suavizado o desaparecido las leyes de protección a las mujeres, por eso el elevado incremento del feminicidio.
Cerrando el tema de Pedro Castillo, nosotros coincidimos plenamente en que la ciudadanía no puede quedarse de brazos cruzados cuando ve una brutalidad contra la voluntad mayoritaria del pueblo, y ahora último, cuando aparece masivamente la presencia de extorsionadores que han hecho sus víctimas fáciles en los transportistas, segando la vida de choferes tanto de omnibuses, microbuses y mototaxis. Eso despertó a un gremio de larga historia en la lucha social del país y que también tuvo su parte protagónica en las Jornadas por las Ocho Horas, que en el Perú se alcanzó en 1919. Un gremio muy importante, pues existe a nivel nacional, y hoy convertido en la columna vertebral de las recientes movilizaciones que, comenzando por la falta de seguridad, ahora se manifiestan políticamente contra la dictadura congresal.
— Lo que tú estás diciendo marca un hito muy importante en el Perú, porque la mayoría de los politólogos y analistas coinciden en que la fuerza explosiva que ha tenido el 7 de diciembre con esta vacancia de Castillo y el golpe de Estado congresal ha generado una situación muy particular, algunos consideran incluso insurreccional. A ti Coco, ¿qué te parece esta visión?
Yo creo que hay una dificultad, pues la derecha se está aferrando a ciertos artículos de la Constitución fujimorista que persiguen a quienes avancen a una insurgencia, allí está Castillo con esa acusación pendiente y que amenaza con tenerlo preso por muchos años.
La palabra insurgencia puede limitar el desarrollo natural del movimiento de masas por el temor a la persecución, a la brutalidad policial y al encarcelamiento.
— Recientemente tú fuiste secuestrado por la policía
Sí, y felizmente fui liberado por una movilización que evitó consecuencias peores porque pudieron desaparecernos a mí y al compañero Franz Pillaca, con quien la policía hace meses nos han estado haciendo seguimiento, incluso en una oportunidad nos llevaron a declarar, pues se nos acusaba de pertenecer a una organización terrorista que hace años desapareció. Por eso consideramos que la tarea principal es organizar y organizar.
— ¿No te parece que el 93% de rechazo a la dictadura congresal y a Dina Boluarte, de acuerdo a los datos estadísticos internacionales que muestran que el 93% de la población los repudia, es caldo de cultivo para una situación que ya no se puede resolver en los marcos de la supuesta democracia representativa o en las formas supuestamente naturales para hacer el recambio o la transición de esta dictadura a un régimen democrático, ya sea popular o de las viejas conexiones partidarias que hay en el Perú?
Claro, el problema está en la situación organizacional, tenemos un proceso de descentralización frustrado, a “media caña”, que cierra espacios y articulaciones sociales y económicas. Porque en el seno del pueblo, en la sociedad peruana, hay dos lecturas que separan a un sector de la sociedad que supone falta de centralización y que reclama más Estado, mientras, donde yo me suscribo, lo que debemos hacer es realmente transitar hacia un proceso de descentralización, porque el centralismo obliga a que todo trámite de cualquier tipo, incluso la movilización social, deba trasladarse a Lima.
— Bueno, es que es un hecho histórico porque, por ejemplo, si bien es cierto que la verdadera Independencia no solamente de Perú sino de América Latina fue el 9 de diciembre de 1824, los peruanos celebramos la proclamación en Lima, que realmente estuvo de espaldas y en contra de la Independencia. De hecho, Lima fue un poderoso centro del colonialismo español y por eso se juntaron soldados de diferentes nacionalidades para lograr la victoria de Ayacucho.
Lo bueno de ahora es que las regiones, especialmente las del Sur, están descentralizando e influyendo en Lima, inspirando organizaciones que pueden ser el futuro del Perú, con la poderosa fuerza moral de quienes han ofrendado sus vidas por la causa de una verdadera democracia popular. Hay un tema que crece en la propia base, abriendo un debate acerca de las Asambleas Populares, ya que podemos hacer que éstas se construyan como el nuevo germen de poder. Eso, por ejemplo, es un debate que hay que seguir desarrollando, pues hay hermanos en la actividad que aún no entienden la finalidad principal de estas organizaciones.
Ahora, estamos entrando a una segunda etapa de ese proceso de articulación, porque lo que han hecho los transportistas es señalar que tenemos que juntarnos y unirnos todos los ciudadanos por la defensa de la vida y contra la violencia y la extorsión. Esto es lo realmente importante, pues los transportistas, con los cuales estamos estableciendo un nivel de coordinación directa, van entendiendo que la solución a este problema es político.
— Tomando nuevamente la experiencia cusqueña de los 60’s, el sindicato campesino se constituía como una Asamblea Popular que incluso legislaba la vida cotidiana, como exigir a los campesinos ya no dormir en el suelo ni trabajar gratis para el gamonal. Hoy, con la autoridad moral y efectiva de las Asambleas Populares, se podrían crear las rondas urbanas para proteger a los ciudadanos, en vista de la incompetencia de la corrupta policía que, además, enfrenta a los transportistas con sus clásicas coimas: “la papeleta o la plata”. La Asamblea Popular podría revertir el robo de las corporaciones que tras costosos proyectos de irrigación que debieron servir a los campesinos, terminaron en manos de corporaciones capitalistas.
Yo creo que en ese proceso estamos. En la actualidad hay una contribución de los transportistas, quienes han interpretado de manera adecuada el tema de la seguridad; y estamos entrando a una segunda etapa de ese proceso de articulación, porque lo que han hecho es señalar que tenemos que juntarnos y unirnos todos los ciudadanos por la defensa de la vida, contra la violencia y la extorsión, pero que lo importante es trabajar en una cercana coordinación. Al respecto, es interesante notar la renuencia inicial de ellos a participar en la marcha del 7 de diciembre, calificada de “castillista”; finalmente lo hicieron tras la consigna de “unidos contra la dictadura en defensa de la vida y por el respeto al voto popular”.
Desde el punto de vista nuestro esto ha sido un gran avance, pues en esta masiva marcha se ha hecho una clara diferenciación con las costras de las viejas organizaciones, aquellas que no han querido participar el 7, y que convocaron para el 10 de diciembre a una movilización que debe haber sido la mitad o un poco menos de la mitad de la movilización del día 7 de diciembre, mostrando la crisis de representación de aquellas organizaciones vetustas como la CGTP y Patria Roja, usando a una parte de los transportistas en el dizque Día de la Declaración de los Derechos Humanos, sin reconocer que en el Perú ha habido un golpe congresal, entrando con la monserga de que Pedro Castillo se autoliquidó y que no fue un buen Gobierno, dejando de lado el tema que mueve a los pueblos, el hecho que se haya pisoteado su voto.
Por ello, tanto el 7 como el 10 de diciembre se visualizó dónde está la fuerza, la ruta que va a salvar el Perú, con un nuevo liderazgo que en esta coyuntura está contribuyendo a la articulación, porque hasta el propio movimiento que tenía la simpatía por Pedro Castillo estaba dividido entre 4 o 5 grupos, y la jornada del día 7 ha permitido unificar a todos estos grupos así como incorporar a nuevos sectores en la lucha por recuperar nuestra patria contra la dictadura mafiosa.
— Cuando tú dices nosotros, ¿te estás refiriendo al CONALREP, del que también eres dirigente, aunque también lo eres de una organización de lucha por la defensa del agua, la vida y la salud?
Básicamente, nosotros significa el Frente Unitario de los Pueblos del Perú, una organización formal a nivel nacional que tenemos el acuerdo para impulsar lo que es la Convención Plurinacional de las Regiones del Perú (CONALREP), con un conjunto de dirigentes de diferentes regiones del país como un frente unitario. Así hemos participado en el nacimiento del Frente Nacional en Defensa del Agua y la Vida y con los transportistas en la Coordinadora Nacional de Lucha que incluye empresarios, comerciantes, transportistas y algunos gremios sindicales además de los familiares de las víctimas de Dina asesina. Asimismo, diversos sectores estudiantiles que con sus altos y bajos con los cuales, en conjunto, se ha constituido la Coordinadora Nacional de Lucha, que ha tenido protagonismo tanto en el paro del 23 de octubre como en el paro del 13, 14 y 15 de noviembre, que ha sido muy importante, logrando visibilizar el repudio que tiene la Boluarte, que pretendió ser ocultado durante el foro de APEC, donde se reunieron los saqueadores internacionales de las riquezas del Perú.
Cuando digo nosotros hemos… es porque yo siempre hablo en plural, porque todos estos esfuerzos han ido a reforzar el trabajo de los compañeros transportistas, que están transitando a una etapa de tener una lectura más política de los problemas que aquejan al país. Asimismo, a los comerciantes, una parte de Gamarra, de sectores mototaxistas. También nos hemos reunido con el gremio de barberos del Perú que también ha sido víctima de la extorsión y del sicariato asesino. En cuanto al Frente de Defensa del Agua, ya tenemos en mente que para el próximo año vamos a hacer que la jornada que se haga a través de la Coordinadora de Lucha y lleve a cabo una movilización nacional, que incluya la demanda contra la privatización del agua. Esto se está programando para la tercera semana de enero o máximo hasta la segunda semana de febrero, una gran movilización donde podamos movilizar en Lima un mínimo 50,000 personas para arriba, 50, 60, 70 o 100,000. Esta vez la diferencia estará marcada por el paro de los transportistas, que le dará una fuerza enorme afectando la economía de los mayores mafiosos que están en el Gobierno. Esto sí abriría una etapa insurreccional.
— ¿Cuál crees tú que va a ser el desenlace de todo este movimiento que avizoras como que podría ser insurreccional, o es que habrá elecciones restauradoras y volver al Perú previo al 2021?
Así como van desarrollándose las cosas hoy, ya en la discusión se ha introducido el tema del Gobierno paralelo, un Gobierno alternativo, el Gobierno del Pueblo, o sea hay un nuevo proceso de discusión, y estas jornadas tienen que servir para que con esto comience el debate, porque si no hay una discusión real y verdaderamente alternativa, lo que tenemos como contraparte es simplemente adelanto de elecciones. Debemos, imaginariamente, trasladarnos a un escenario en el que se tenga una movilización fuerte, que haga tambalear a Dina Boluarte, que ha demostrado ser un hueso duro de roer, porque no le afecta ninguna demanda, y es tan descarada y sinvergüenza que aparece como que con ella no es el problema. Ahora acaba de soltar, como una burbuja, la discusión sobre la reinstalación de la pena de muerte, y nosotros hemos cogido el mensaje y le decimos: pena de muerte sí, pero también para los corruptos y también para los asesinos del pueblo. Lo importante es que hoy cobra vida el tema de las Asambleas Populares, y por ello, nos vamos a reunir en la semana, este sábado y vamos a comenzar a programar reuniones pese a que en estos días la ciudadanía entra a modo de fiesta navideña y no podemos ir contra eso.
— Hay una cosa que preocupa, la dimensión internacional de este proceso, porque ahora se viene un Gobierno sumamente duro y cruel a partir de enero con la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos, y no es extraño que la Boluarte y el Congreso hayan aprobado la presencia de tropas americanas en el Perú.
Considero que hay que retomar hoy, con mayor celeridad, ese tipo de tema, porque ha quedado demostrada la injerencia de la Embajada de Estados Unidos en el golpe congresal contra Pedro Castillo, y ahora no es gratuita la donación de los trenes para promover al representante del Opus Dei que es Rafael López Aliaga, que aparentemente ha comenzado el recambio respecto del fujimorismo y que estaría contando con el aval del Gobierno norteamericano para mantener el Perú sujeto a los intereses de EE.UU. Por eso, el día 7 ellos pretendieron movilizar a la derecha más recalcitrante, en Lima, bajo el pretexto de la defensa de la familia. Una movilización promovida por los Pro Vida, cuando está claro que la Ley de Unión Civil en cuestión fue fabricada por ellos mismos, que ya tenían coordinación con las iglesias evangélicas, las más reaccionarias, que por lo general reciben financiamiento directamente del imperio.
Eso nos obliga a nosotros, como CONALREP, a desarrollar también una articulación internacional, con los compañeros de México, de España, de Latinoamérica, de Europa, coordinaciones que se orienten a un cambio radical. En 1824, en nuestro Perú se selló la Independencia de Latinoamérica; tal vez sea un sueño, pero, ¿por qué no pensar que en estas tierras puedan abrirse las puertas para que un mundo diferente sea realmente posible?
— Bueno, mi querido Coco Mendoza, unas palabras finales para esta entrevista, que espero tenga continuación.
En el Perú hay un juego peligroso, la ultraderecha con Porky López Aliaga pretende ser un nuevo Milei y ese es el proyecto al que también debemos combatir. Ahora saludo a los compañeros y compañeras por el mundo donde habitan peruanos y que hayan hecho amistad con los del país en que se encuentran, que sepan que aquí nos estamos jugando el futuro de todos. En estos momentos todo está en fase de organización, en estos momentos los transportistas, mediante su vocero Julio Campos, hacen saber que están formalizando una institución representativa a la que le deseamos lo mejor. La tarea, por eso, es organizar, organizar, organizar…
Aquí dejamos a Jorge Mendoza Caruzo, quien, emulando el apellido del famoso tenor italiano de comienzos del siglo XX, hoy es una de las voces cantoras más protagónicas del movimiento social y político que va estremeciendo al Perú.